Desarrollo y diseño
Inspirados por lo que habíamos visto, nos dedicamos a hacer que este tesoro fuera accesible para visitantes de forma sostenible. Para nosotros, las prácticas ecosustentables no son el producto de campañas publicitarias o de estrategias de mercadeo de última moda. La responsabilidad ambiental es un deber innato, un estilo de vida y nuestra ferviente filosofía en todo lo que hacemos en Rio Perdido.
Fuimos capaces de incluir todos los elementos de servicio claves en un solo edificio. El desarrollo se logró en un área que abarca cerca del 1% del terreno total, dejando la menor huella ambiental posible. Casi toda la instalación del sistema de senderos de la propiedad evitó la tala del bosque. Sacamos los animales domesticados y de granja del terreno. Por supuesto, detuvimos la explotación forestal que ocurría con los dueños anteriores para permitir que ocurriera un rebalance acelerado del ecosistema local. La mayoría de la madera utilizada en la construcción del hotel fue explotada con autorización, y una buena parte de ella venía de árboles ya caídos. Actualmente contamos con cientos de acres bajo contrato con la oficina forestal nacional y buscamos aumentar ese número en el futuro.
Desarrollo sin movimiento de tierra
Desde el inicio, nuestro compromiso ha sido mantener la topografía de la tierra tan cerca como fuere posible respecto de su estado original. El desarrollo del Rio Perdido requirió nuestro deber ético de cumplir ciertas limitaciones. Optamos por estructuras que se situaran sobre formaciones geológicas existentes y cuando eso no era posible, que estuvieran elevadas por pilares. Este estilo de arquitectura elevada fue ideal para la conservación de la hidrología natural del terreno. El resultado final es el supremo respeto por el entorno natural. Nuestra filosofía es que si se respeta la naturaleza, ella generosamente devolverá sus abundantes obsequios a nuestros huéspedes.